ANÁLISIS CUALITATIVO DE DATOS
¿Cómo desarrollar, de una manera comprensiva, el análisis cualitativo de los datos?
Consideraciones epistemológicas y metodológicas
Abordar el proceso cualitativo de análisis e interpretación de los datos, máxime cuando se parte de una experiencia educativa, implica señalar algunos elementos de orden epistemológico y metodológico, aun cuando sea de una manera sucinta, necesarios para la comprensión global del objeto de conocimiento a divulgar.
La metodología, adoptada, adaptada o construida por el propio investigador como producto del proceso creativo que desarrolla durante la indagación en tanto él mismo puede construir su sendero, constituye un aspecto crucial en todo proceso investigativo, ya que provee al investigador de las herramientas técnicas necesarias para desarrollar, entre otros, los procesos y procedimientos de recogida, análisis e interpretación de datos, coadyuvantes para el abordaje comprensivo de la realidad estudiada y, por supuesto, para los objetivos o intencionalidades de investigación. Sin embargo, es necesario recordar que los aspectos metodológicos están circunscritos, explícita o implícitamente, a una visión o postura epistemológica determinada.
El enfoque de investigación cualitativa, por su naturaleza fenomenológica, provee, a los profesores tutores y practicantes-investigadores o estudiantes que protagonizan esta experiencia, de un marco comprensivo, apropiado a los principios y objetivos curriculares esgrimidos en la formación de los futuros docentes-investigadores. La investigación cualitativa se entiende, en este contexto, como un modo de encarar el mundo (Taylor y Bogdan, 1990: 20); es decir, como uno de los tantos modos de ver, pensar y actuar frente a la realidad que nos rodea. Puede tratarse, entonces, de investigaciones sobre la vida de la gente, las experiencias vividas, los comportamientos, así como el funcionamiento organizacional, movimientos sociales, los fenómenos culturales (Strauss y Corbin, 2002: 11) y, por lo tanto, de experiencias educativas surgidas en el seno de grupos humanos que buscan abrirse un camino dentro de lo social complejo para tratar de comprender desde la perspectiva del otro, su propia realidad, realidad cercana y lejana, simple y compleja. En este sentido, la investigación cualitativa, busca comprender cómo los que participan en el abordaje de un fenómeno educativo actúan e interpretan su proceder de acuerdo con el modo en que definen la realidad de ese fenómeno.
En el caso de esta experiencia, los practicantes investigadores y los profesores tutores, se muestran como sujetos partícipes, ya que se involucran en el medio socio-educativo para intentar comprender, estudiar y entender la realidad que investigan. Por lo tanto, es un proceso activo, sistemático y riguroso de indagación dirigida, en el cual se toman decisiones sobre lo investigable en tanto se está en el campo de estudio (Pérez Serrano, 1994: 46), lo que indica que el investigador se encuentra tratando de interpretar los datos obtenidos, construyendo y reconstruyendo significados de forma constante; en definitiva, tomando decisiones sobre las cuales se proyectaría la comprensión de las problemáticas en estudio.
Lo cualitativo, se constituye, entonces, en un proceso activo y sistemático orientado a la comprensión e interpretación en profundidad de fenómenos educativos y sociales, en campos interdisciplinares, transdisciplinares y, en ocasiones, hasta contradisciplinares, para conducir a la transformación de prácticas y escenarios, a la toma de decisiones y también hacia la producción del conocimiento.
Bajo este enfoque fenomenológico, el practicante investigador y los involucrados adoptan un sentido global u holístico de la situación o fenómeno a estudiar. Por lo tanto, se permanece abierto a cambios y redefiniciones que pueden originarse en la misma situación problemática, en la metodología o en las estrategias de investigación. Se contextualiza en una cultura, grupo o institución determinada. Exige al investigador permanecer durante cierto tiempo en el lugar de estudio. Requiere, para el análisis de la información, de un tiempo similar al consumido en el escenario. En la recogida de datos el investigador es el principal instrumento, por lo tanto, se reconoce la subjetividad del investigador y del investigado. Exige un continuo análisis de la información e Incorpora la descripción como elemento clave en la recogida de datos.
Por otra parte, si se desea tener éxito en la tarea de análisis e interpretación de los datos, es necesario el uso de la descripción permanente de las situaciones, acciones, productos, actitudes y comentarios surgidos de los sujetos involucrados, tanto en el seno de las aulas universitarias como en el de las instituciones educativas involucradas, dado que se busca comprender cómo actúan éstos, qué piensan y cómo lo hacen en una realidad socio-educativa concreta, tomando en cuenta las características de las instituciones escolares, de las personas y sus diferentes puntos de vista.
Descrita la naturaleza cualitativa, como esencia y origen del proceso de indagación, es necesario tomar las decisiones pertinentes en cuanto al diseño específico de investigación que lo orientará, las unidades de estudio con las cuales se interactuará en el campo, las técnicas e instrumentos de recolección de datos, y, finalmente, los métodos y técnicas cualitativas de análisis de datos, cuidando que este proceso de selección se conjugue coherente y pertinentemente con la perspectiva epistemológica asumida.
El análisis de los datos, resulta ser:
Un conjunto de manipulaciones, transformaciones, operaciones, reflexiones, comprobaciones que realizamos con el fin de extraer significados relevantes en relación con un problema de investigación [y se lleva] a cabo generalmente preservando su naturaleza textual, poniendo en práctica tareas de categorización y sin recurrir a las técnicas estadísticas (Rodríguez, Gil y García, 1996: 200-201).
Concatenado con los planteamientos esgrimidos hasta ahora, es el momento de describir dos procesos que, en el sentido de este ensayo, pueden verse como complementarios para abordar el proceso de análisis e interpretación de los datos. Estos son, el proceso de Categorización y el de Triangulación, este último asociado a la validez de los resultados.
La categorización
Constituye una importante herramienta en el análisis de datos cualitativos y hace posible clasificar conceptualmente las unidades que son cubiertas por un mismo tópico (Rodríguez, Gil y García, 1996: 208). Es así como:
Requiere, en primer lugar, que los etnógrafos describan lo que observan, dividan en unidades los fenómenos e indiquen cómo estas unidades se asemejan y distinguen entre sí. Las bases de diferenciación y clasificación de los elementos pueden ser de carácter espacial, físico, temporal, filosófico, gramatical o social (Goetz y Le Compte, 1988: 177).
Ahora bien, como la intención es que ningún dato registrado quede sin ser considerado en el proceso de categorización; entonces cada grupo de datos que se vaya organizando (porque está articulado entre sí por un mismo tema) debe pertenecer o asociarse a una categoría genérica o unidad temática determinada, de allí, el principio de inclusión-exclusión que se da en todo proceso clasificatorio. Es decir, las categorías genéricas construidas deben ser mutuamente excluyentes, de manera tal que si algún hecho, situación o relato registrado está sujeto a alguna de ellas, ello impedirá que éste pueda asignarse, simultáneamente, a otra categoría genérica diferente.
Una vez descrito el proceso de categorización, la siguiente pregunta que surge es: ¿De qué manera se articula el proceso de triangulación con el de categorización, en el proceso de análisis e interpretación de los datos?
2. La Triangulación
Conocida también como aproximación por métodos múltiples, dado que se pueden utilizar dos o más métodos en la recogida y análisis de los datos; es particularmente apropiada para estudios de investigación educativa de corte cualitativo, lo cual reviste gran importancia por su pertinencia para la indagación comprensiva y clarificadora de los fenómenos humanos complejos, debido a que en las ciencias sociales, y así es en la educación, el objeto de estudio es el hombre, el ser humano, individuo complejo por naturaleza, de allí que también sean complejas sus acciones e interacciones, sus percepciones y puntos de vista acerca de la realidad que lo rodea. La triangulación está considerada en este trabajo como un proceso complementario del proceso de categorización y constituye un modo de yuxtaponer los diferentes puntos de vista que cada actor o sujeto percibe del fenómeno en estudio, así como cualquier información que se obtenga por diferentes medios.
De allí que la triangulación representa una manera de protegerse de las tendencias subjetivas del investigador y de confrontar y someter al control recíproco relatos de diferentes informantes; así que, distintos métodos y enfoques pueden y deben emplearse en conjunción con el trabajo de campo. Con su utilización los observadores o investigadores pueden obtener una comprensión más profunda y clara del escenario contextual y de las personas o entidades estudiadas. Consiste en un control cruzado entre diferentes fuentes de datos, personas, instrumentos, técnicas, documentos y la combinación de los mismos, lo que hace posible el incremento de la confianza en los resultados. Un procedimiento que permite organizar diferentes tipos de datos en un marco de referencia o relación más coherente de manera que se puedan éstos comparar y contrastar con mayor facilidad (Aguirre Baztán, 1997; Elliot en McKernan, 2001; Pérez Serrano, 1994; Pourtois y Desmet, 1992; Taylor y Bogdan, 1996; Woods, 1995).
Ello, con la intención de ofrecer y asegurar la validez y fiabilidad (Pérez Serrano, 1994: 78-81) requeridos en todo proceso de investigación, aun en los métodos cualitativos de investigación; aunque solo se recurra a la fiabilidad sincrónica o a la fiabilidad interna, las cuales ameritan manejarse con el juego de las semejanzas, la sincronía, coincidencias y la congruencia necesaria entre lo intuido, observado y registrado por distintos investigadores cuando abordan una sola problemática o contexto en particular. De allí el carácter particularista de los estudios cualitativos. En este sentido, es posible garantizar la validez y fiabilidad a través de la Credibilidad, Transferencia o Transferibilidad, Consistencia o Dependencia y Confirmación o Confirmabilidad (Pérez Serrano, 1994: 85-87), procesos en los cuales se advierte, por su grado de implicación trascendente, el proceso de triangulación.
Existen diferentes tipos de triangulación, pero para los efectos de pertinencia del presente ensayo, solo se señalarán aquellas que son utilizadas mayormente por los profesores tutores y los practicantes-investigadores en el proceso de análisis de datos de sus trabajos de investigación: Triangulación de los observadores, metodológica, de las fuentes, interna y teórica. (Se sugiere ampliar esta información en Pourtois y Desmet, 1992).
Tres momentos clave en el análisis e interpretación de los datos
El procedimiento que se pretende sugerir en este aparte, fue creado por la autora con la finalidad de ofrecer una herramienta útil y comprensiva que permita, tanto a profesores tutores, practicantes-investigadores en proceso de formación, como a todos aquellos docentes investigadores, darles sentido, coherencia y dinamicidad a sus prácticas investigativas a través de un proceso lógico que ha sido sistematizado durante el lapso de ocho años de trabajo, y que, lejos de erigirse como un método de rigurosidad científica, pretende, por el contrario, constituirse como una aproximación teórico práctica, derivada de una experiencia pedagógica investigativa en las aulas universitarias y en el seno de algunas instituciones educativas. De manera tal, que no se considera conclusiva, sino más bien en proceso de desarrollo, validación y en ajuste permanente.
En este sentido, se presentan tres momentos clave en el procedimiento de análisis e interpretación de los datos que pueden administrarse flexiblemente una vez que contemos con toda la información registrada, se haya terminado el trabajo de campo y, por consiguiente, se haya dado la saturación de los datos. Esta es una de las etapas del proceso de investigación cualitativa vista como la más amplia, dado que se inicia desde el momento en que se obtienen los primeros datos hasta consolidar dicho proceso con la obtención de los resultados o conclusiones del estudio.
Como quiera que este procedimiento se ha venido validando a lo largo de toda la experiencia formativa, tanto para obtener los resultados de los Diagnósticos Institucionales Participativos que se han sistematizado producto de la permanencia de los practicantes-investigadores en el seno de las escuelas, así como para la sistematización del informe final de investigación de los trabajos especiales de grado (Mayz, 2003-2008) de los estudiantes en cuestión; no se pretende aquí hacer diferenciaciones del proceso tanto para la producción del uno como para la del otro. Sin embargo, conviene advertirse que el investigador desarrolle el proceso de análisis e interpretación y presente los resultados debidamente vinculados con las orientaciones epistemológicas y los elementos metodológicos asumidos previamente y, por supuesto, con los objetivos o intencionalidades de investigación que orientan sus procesos investigativos.
En definitiva, con la aplicación del proceso de análisis e interpretación de los datos, se pretende que el investigador demuestre y valore ¿qué sucedió con la ejecución de cada uno de los planes y proyectos?, ¿qué cambios hubo en la realidad socio-educativa donde se contextualizó la experiencia pedagógico-investigativa?, ¿cuál fue el grado de aceptación o rechazo por los actores escolares involucrados?, ¿qué cambios se observaron en sus comportamientos, expectativas, valores, lenguaje, cultura escolar, entre otros?