CRITICAS DE KARL POPPER
ESCUELA POSITIVISTA
K POPPER
Comenzaremos describiendo brevemente el positivismo que constituye la escuela social epistemológica prevalente en el ámbito de las ciencias naturales, hasta mediados del siglo pasado. El positivismo tiene antecedentes muy antiguos, pero puede decirse que el filósofo inglés David Hume del siglo XVIII puso las bases del desarrollo de esta forma de pensamiento con su argumentación empirista antimetafísica, su teoría crítica de la causalidad y a la inducción, la cual fue retomada por Karl Popper.
El término “positivismo” fue aplicado por primera vez a las ciencias sociales por Saint Simón. Su principal discípulo fue Augusto Comte que ha sido el más importante filósofo positivista no sólo del siglo XIX, sino el pensador más influyente de la llamada “filosofía positiva”. Esta comprendía no sólo una filosofía de la ciencia, sino también una doctrina sobre la sociedad y normas para su reforma, de acuerdo a sus concepciones. Decía Comte que el término “positivo” es sinónimo de lo real, opuesto a lo quimérico, y se aplica a aquellas investigaciones “verdaderamente accesibles a nuestra inteligencia”, y no de los “impenetrables misterios” a cuales se abocó en las épocas pasadas. Como sabemos, Comte poseía una filosofía de la historia según la cual la humanidad había pasado de una época teológica, a una segunda etapa metafísica hasta llegar a la actual de carácter científico y positivo.
Por ello, podría decirse que el positivista es agnóstico en el terreno religioso y escéptico respecto a la metafísica. Mientras tanto Karl Popper Tras presentar en 1928 una tesis doctoral fuertemente matemática dirigida por el psicólogo y lingüista Karl Bühler, Popper adquirió en 1929 la capacitación para dar lecciones universitarias de matemáticas y física. En estos años tomó contacto con el llamado Círculo de Viena. No obstante su cercanía con este, Popper cuestionó siempre algunos de los postulados más significativos de este grupo de pensadores, lo que dificultó su integración en él. En cualquier caso, el Círculo se vio influido por la fundamentada crítica de Popper y, de hecho, La lógica de la investigación científica, principal contribución de Popper a la teoría de la ciencia, apareció por primera vez en una serie de publicaciones del propio círculo vienés, a pesar de que contenía una moderada crítica al positivismo de esta comunidad de filósofos. La obra fue recibida como fruto de las discusiones del círculo, lo que llevó a muchos a calificar equivocadamente a Popper como positivista.
El ascenso del nacionalsocialismo en Austria llevó finalmente a la disolución del Círculo de Viena. En 1936 su fundador Moritz Schlick fue asesinado por un estudiante. En 1937, tras la toma del poder por los partidarios de Hitler, Popper, ante la amenazante situación política se exilió en Nueva Zelanda, tras intentar en vano emigrar a Estados Unidos y Gran Bretaña. Frente al fracaso de las teorías inductivistas, Popper propone su teoría del método deductivo de contrastar: una hipótesis sólo puede contrastarse empíricamente después que ha sido formulada"(Ibíd). Se elabora o se crea una nueva hipótesis o teoría. Se extraen de ella, deductivamente, conclusiones que se comparan con otros enunciados con el objeto de hallar relaciones lógicas, Popper establece cuatro procedimientos para contrastar, o poner a prueba, una teoría: (a) la comparación lógica entre las conclusiones para saber si el sistema es coherente; (b) después se estudia la forma lógica del sistema "para determinar si es una teoría empírica o una tautología”; (c) se la compara con otras teorías "para averiguar si constituiría un adelanto en caso que sobreviviera a las distintas contrastaciones a que la sometemos" y (d) y, debemos "contrastarla por medio de la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ella" (Ibíd: 32). Estas son las "predicciones" que deben ser fácilmente contrastables o aplicables tecnológicamente. "Si las conclusiones singulares resultaran ser aceptables, o verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones, por esta vez no hemos encontrado razones para desecharlas". Si el resultado es negativo, si las conclusiones han resultado falseadas (refutadas), esta falsación (refutación) revela que la teoría de la que se han deducido lógicamente también es falsa. (Ibíd).
Una de las características constantes del pensamiento positivista es su pretensión de crear un discurso verdaderamente científico que excluya de la ciencia todo enunciado metafísico. El Círculo de Viena estableció un criterio de demarcación entre enunciados metafísicos y científicos, según el cual se reconocía "únicamente como científicos o legítimos los enunciados que son reductibles a enunciados elementales o "atómicos", a juicios de percepción" (Ibíd: 34). Popper critica la postura del Círculo de Viena y del filósofo Wittgenstein, muy cercano a esta escuela, pues se basa en una postura empirista e inductivistas. “Los positivistas con sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan justamente con ella la ciencia natural. Pues, tampoco las leyes científicas pueden deducirse lógicamente a enunciados elementales de experiencia” (Ibíd). Propone un criterio de demarcación de carácter convencional que requeriría un acuerdo que se basa en un concepto de ciencia empírica que debería satisfacer tres condiciones: (a) deberá estar constituido de enunciados sintéticos que "puedan representar un mundo no contradictorio, posible"; (b) debe satisfacer el criterio de demarcación "no será metafísico, sino representará un mundo de experiencia posible" (Ibíd: 59); (c) "es menester que sea un sistema que se distinga de otros sistemas semejantes por ser el que más represente nuestro mundo, por el hecho de que se le ha sometido a contraste y ha resistido las contrastaciones" (Ibíd) Lo cierto es que Popper era consciente del enorme progreso en el conocimiento científico que se experimentó en los siglos que le precedieron, en tanto que problemas como la existencia de Dios o el origen de la ley moral parecían resistirse sin remedio, puesto que no mostraban grandes avances desde la Grecia clásica. En este sentido, resulta extremadamente revelador el pensamiento que Popper escribió en las primeras páginas de su autobiografía “Búsqueda sin término”: